por Amaia Cavero | Sep 4, 2015 | Branding, Marketing Digital, Redes Sociales
Esto es lo que han debido de pensar este verano los diseñadores de Google, Instagram, Twitter y Linkedin, ya que ha sido volver de vacaciones y ponerse manos a la obra para realizar un lavado de cara a sus redes.
El martes nos despertábamos con la depresión post vacacional y con la sensación de estar viendo mal el logo de Google, pero no era un problema de visión ni nuestro iphone se había vuelto loco, el logo de Google había cambiado.
Esta es la quinta vez que el logo se rediseña, desde el año 1998 cuando Google comenzó su andadura. Este cambio de imagen de marca llega con la intención de mostrar a los usuarios un Google mas accesible y útil y para ello han optado por un diseño colorido y simple.
Por otro lado, nos encontramos a tres de las redes sociales más populares: Twitter, Instagram y Linkedin. Entre ellas se está librando otra batalla, que consiste en pisar los talones de quien va por delante de ellas.
De esa forma, podemos observar como en los últimos días Twitter ha permitido a algunos de sus usuarios usar nuevas herramientas para la edición de fotografías y de vídeos, y es que en la compañía deben haberse dado cuenta de que sus usuarios se estaban cambiando al bando del popular Instagram. Pero como dice el refrán “no es oro todo lo que reluce” porque en Instagram también están de cambios.
Desde hace unos meses la compañía se ha encontrado con un duro rival, que no es otro que Snapchat que ha conseguido colar su app entre los más jóvenes y sobretodo en el mundo de los famosos. Este hecho no ha pasado desapercibido y desde Instagram ya han reaccionado, permitiendo a sus usuarios mandar mensajes privados y en grupo, en los que se pueden incluir fotografías. De esta forma pretenden seguir ganando adictos y que Snapchat no les tome la delantera.
Por último, nos encontramos con la red social empresarial por excelencia, Linkedin, que ha querido restar un poco de seriedad a la forma que había hasta ahora de comunicarse entre contactos y ponerse al día. Por ello, ha anunciado que transformará su sistema de mensajes a un formato más gráfico donde se podrán incluir emoticones, stickers y gifts. De esta manera los mensajes no tendrán la apariencia de ser simples correos electrónicos, si no más bien un sistema de mensajería instantánea parecido a Whatsapp.
por alberto | Abr 24, 2013 | Marketing Digital, Redes Sociales
Nos hacemos eco en Carvajal & Portell de los 9 errores de las empresas españolas en el uso del social media que Julián Villanueva y José Luis Orihuela identificaban después del estudio realizado sobre los medios sociales y la alta dirección en España.
Han pasado ya algunos meses desde su presentación en el IESE pero consideramos que son de plena vigencia:
Error 1. No hacer nada. Si tu marca es relevante, ya está en los medios sociales, aunque no quieras. Escucha y observa qué se dice de tu empresa. Y si decides estar presente, hazlo cuanto antes y será más sencillo conseguir seguidores.
Error 2. Estar de manera pasiva. Hay un número representativo de empresas que un día deciden tener presencia en alguna red pero que acaban desatendiendo el sitio o publicando noticias de escaso interés o muy mediocres.
Error 3. La estrategia en medios sociales no está alineada con la estrategia comercial y de marketing. Con frecuencia la alta dirección no entiende los nuevos canales de comunicación haciendo que se conviertan en algo residual, alejándolos de la estrategia comercial.
Error 4. Marketing y comunicación tampoco están alineados. La visión de la dirección comercial y la de marketing, ven la misma realidad de forma muy diferente.
Error 5. Demasiados objetivos. Si bien es cierto que los medios sociales permiten alcanzar varios objetivos simultáneamente, conviene identificar los principales hitos para evitar dispersarse.
Error 6. Sobre-estimar el impacto y la facilidad de llegar a los clientes. Aunque los directivos encuestados opinan que es más fácil obtener notoriedad en los medios sociales que en los tradicionales, lo cierto es que conseguir la atención de mis clientes requiere perseverancia e inteligencia.
Error 7. Presupuestos raquíticos. No asustan cifras abultadas cuando se habla de inversiones “off line”: el 90% dedica a online el 50% o menos y el 70% dedica a los medios sociales el 10% o menos del online.
Error 8. Cada uno entiende lo que quiere cuando se le pregunta qué es un “community manager”.
Error 9. Se dice que se quiere escuchar al cliente, pero luego no se mide la reputación online. Se denota cierta distorsión entre hacer una escucha activa de mi cliente y observar que se dice de mi empresa, qué reputación tengo.
por alberto | Abr 17, 2013 | Branding
Todas las empresas tienen un logotipo, más o menos adecuado, que les representa.
No es extraño que para la realización de muchos de los logotipos que vemos en circulación hayan tenido orígenes muy diversos, como puede ser el simple encargo a familiares y amigos, la solicitud a la propia imprenta encargada de realizar la papelería, la descarga de imágenes desde páginas web especializadas en su diseño y distribución o en otros casos, no siempre los más frecuentes, por encargo a una agencia de profesionales de la publicidad y el diseño. Sin embargo, son pocas las empresas que cuentan con un manual de identidad corporativa (tal vez debiéramos hablar de identificación corporativa) adecuado a sus necesidades.
¿Qué es el manual de identidad corporativa?
El manual de identidad corporativa contiene la normalización básica de una marca para su correcta aplicación y comprensión. Muestra el origen de la marca, las pautas para su reconstrucción, la zona de seguridad para su implantación, el tamaño mínimo de reproducción, y los usos correctos en cualquier situación, así como los prohibidos y los no recomendados. También hace mención a las paletas de color en sus diferentes técnicas de impresión (cuatricromía, tintas planas, referencias Pantone, sus equivalencias en RAL, colores seguros para web…) y a las tipografías corporativas.
Este manual es de gran utilidad, sobre todo cuando nuestra marca va a ser utilizada por terceras personas (ferias, delegaciones exteriores, proveedores en mercados remotos…) ya que les ofrece la información necesaria para que el uso de la marca sea el correcto para su correcta comprensión, y para su exposición internacional. No olvidemos que la marca en sí es uno de los mayores activos con los que cuentan las empresas, ya que es depositaria, no sólo de la notoriedad, sino que de la buena imagen que ésta tenga, o pueda acumular, de sus productos y servicios.
La existencia del manual de marca es la única posibilidad de que ningún tercero modifique la forma que tenemos establecida y reconocida para comunicarnos con nuestros distintos públicos. Así, la coherencia y la permanencia de nuestra imagen en el consumidor serán lógicas y efectivas.
¿Es necesario un manual de identidad corporativa?
La respuesta es que sí, es una herramienta esencial para las empresas y debe acompañar a la marca desde un primer momento. Si la empresa ya cuenta con un logotipo adecuado, muchos estudios o agencias de publicidad pueden desarrollarlo, vectorizando el existente, y haciendo un estudio pormenorizado del mismo, lo que ayudará a los responsables de la marca en los diferentes mercados a seguir una normativa preestablecida, evitando continuas modificaciones en la marca que pueden acabar desvirtuándola e incidiendo negativamente sobre su valor.
Cualquier empresa con vocación de internacionalización pretende hacerse un lugar en diferentes mercados, lo que significa que su marca habrá de estar presente en todos ellos de una manera u otra: originales de prensa, catálogos, web, elementos arquitectónicos, ferias, patrocinios… da igual el país, el soporte o el motivo. Al final habrá tantos manipuladores (agencias, impresores, medios de comunicación, servicios feriales…) como países e iniciativas, pero la forma de comunicar la marca habrá de mantenerse como una constante. Para ello, un manual de identidad corporativa será una herramienta de un valor incalculable.