Sobre traducciones y documentos digitales…
Recientemente, uno de nuestros clientes nos solicitó que mandásemos traducir a ruso varios de sus catálogos. Los necesitaba con urgencia porque estaban en las últimas fases del proceso de obtención del GOST, el certificado de conformidad con los estándares rusos, requisito obligatorio para poder exportar sus productos a ese país. Dicha traducción era parte de los requerimientos del proceso.
De partida sólo contábamos con los pdf’s de sus antiguos catálogos y los archivos word que nos envió el traductor. Coser y cantar. Pero no tanto.
Integrar los textos fue bastante complejo, ya que es relativamente fácil maquetar una traducción con unos guarismos que conoces, porque puedes recordar palabras y hasta frases, aunque suenen a finlandés. Pero cuando hay que retener en la memoria cosas que suenan a ruso, como «Наши ведущие позиции на рынке поддерживаются проектным отделом компании», en donde no tienes claro si escribes en mayúsculas o en minúsculas (Dios mío, esta gente se escribe los e-mails a gritos), el trabajo se complica un poco. Edurne, nuestra diseñadora, nos recordaba constantemente que las traducciones en «ruso» son trabajo para «chinos».
Cuando todo estuvo finalizado, subimos los catálogos a la web e informamos al cliente. Obviaremos lo divertido que es buscar etiquetas en HTML rodeadas por guarismos cirílicos… Poco días después, el cliente nos informó de que todo iba bien, excepto uno de los archivos, que no se podía descargar, porque el navegador se bloqueaba. Curiosamente, era el que menos pesaba de todos ellos. Rápidamente comprobamos que funcionaba bien en Safari para MacOS, en Chrome, en Firefox, en Opera, desde el iPhone… incluso desde un Netscape instalado en un viejo MacBook pro… y, sin embargo, en Explorer 11 sobre Windows 7 «cascaba».
Ya nos disponíamos a bucear entre la miríada de opciones que ofrece Acrobat para optimizar un pdf, cuando reparamos, con cierta incredulidad en el nombre del archivo: mientras que a los cuatro primeros les dimos nombres en inglés, éste último se llamaba «general-Генеральный каталогlow.pdf». Cambiamos el nombre a «general-catalogue.pdf» y todo funcionó como la seda. Se conoce que, al Explorer, no le sientan bien ni los caracteres rusos ni la diversidad en los seres humanos. Microsoft: siempre a la retaguardia de la vanguardia.
Tuvimos suerte porque descubrimos el problema a rápidamente y nos ahorramos unas cuantas horas de dar vueltas con rumbo a ninguna parte. Y por si fuera poco, sacamos un tema para este artículo que añadimos a este humilde blog. Si nuestra experiencia puede ayudar a alguien, nos daremos por satisfechos.